ROMANCE DE LOS BANDOLEROS
SINDICALES
Ya no son Diego Corrientes,
ni el Vivillo, ni el Pernales,
ahora hay
otros bandoleros,
¡bandoleros
sindicales!
Ya no
roban con trabuco,
ahora
actúan con “decoro”,
chupan de
las subvenciones
y tiran de
Visa Oro.
Su emblema
es el langostino
y el jamón
de pata negra,
y con la
pasta que trincan
se ponen
hasta las cejas.
Estos
nuevos bandoleros
roban con
mucho descaro
y se
quedan con la pasta
destinada
a los parados.
Se asocian
en sindicatos,
sindicatos
de ladrones,
y sus partÍas se llaman
UGT y
Comisiones.
Atracan en
toda España,
por la
noche y por el día,
más su trinque
principal
se
encuentra en Andalucía.
Les dan
mordidas a empresas
y
arramplan las comisiones,
¡como si
no les bastara
trincar de
las subvenciones!
Dan cursos a los parados
que casi
nunca hacen falta,
los
parados no se forman
y ellos se
guardan la pasta.
Sacan
provecho a los ERE
con el
timo “el jubilado”,
pues a
muchos que jubilan
en su vida
han trabajado.
¡Granujas
sindicalistas!
¡Lástima
de sindicatos!
¿que pensarán
Nicolás
y
Marcelino Camacho?
En su
tumba Marcelino
revolviéndose
estará
y Nicolás,
por vergüenza,
la calle
no pisará.
Después de
años robando
en
completa impunidad
parece que
la justicia
ha dicho
que basta ya.
Una juez
valiente y firme
y sin nada
de complejos
las peras
ha puesto al cuarto
a estos
nuevos bandoleros.
Y mientras
instruye el caso
de los
granujas ladrones
una fianza
ha pedido
a UGT y
Comisiones.
Córdoba, 17 octubre 2013.
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